Jorge Barrientos
El arzobispo de Puebla, monseñor Víctor Sánchez Espinosa, destacó que en la actualidad, los crímenes, la violencia, la inseguridad, las crisis económicas, sociales y persecuciones ideológicas amenazan a la sociedad en perder la confianza.
Sánchez Espinosa insistió que es por ello el tono de la palabra de Dios, «estén preparados no saben el día ni la hora. Cómo estás ya terminando nuestro año litúrgico, lógicamente las lecturas bíblicas nos hablan del final de los tiempos, algún día llegará el final de nuestra historia, cuando el señor nos llame a cuentas, y cuando será ese día, nadie lo sabe, tenemos que estar preparados nos dice el señor», apuntó.
«A veces da la impresión que el mal esta venciendo al bien, y esto podría llevarnos a la desesperanza, y a perder el sentido de nuestra propia vida, de nuestra existencia».
Es por ello, que precisamente que en este contexto de obscuros escenarios que amenazan, siempre la palabra de Dios es la luz que debe de brillar en medio de las tinieblas.
«El señor nos invita a mantenernos fieles a él, a fortalecer nuestra fe, no sabemos el día ni la hora pero estamos seguros de que él llegará con poder y hará participar con gloria a sus fieles, a los que se mantengan fieles a él».
Insistió que se viven tiempos muy difíciles de seguridad, violencia y desprecio a la vida.
«A mi me sorprende mucho las noticias que dicen los atormentaron, los mataron, los descuartizaron y los quemaron, que terrible, que desprecio a la vida. Esas son las noticias que estamos viendo en estos días tristemente, en todos lados».
Del mismo modo, el arzobispo pidió por que las autoridades trabajen por las necesidades de las personas con sordera, al recordar que el próximo 28 de noviembre se conmemora el Día Nacional de las personas sordas.
Por lo que, estuvieron presentes en la catedral el grupo de sordos de la parroquia de Ntra. Sra. de Ocotlán, «oremos por todas las personas sordas y pidamos al señor que nos conceda, como sociedad, visibilizar sus necesidades espirituales y materiales, y el respeto a su dignidad de hijos de Dios».