No importa si gana la izquierda o la derecha el resultado es lo de menos, al final del día el villano es el mismo: las autoridades.
En las votaciones del 2018, en Puebla el morenovallismo, representado en la figura de Martha Erika Alonso, logró un triunfo sobre Morena y su candidato, Miguel Barbosa Huerta, quien acusó un fraude electoral que llegó a la última instancia de los tribunales electorales.
Aquella situación provocó que desde la cuarta transformación se acusara a los integrantes del Instituto Electoral del Estado (IEE), presidido por Jacinto Herrera Serrallonga, de colaborar en el fraude y por lo cual se exigió su renuncia. Un año después, Jacinto Herrera renunció a su cargo como consejero presidente del IEE, argumentando que su decisión era por decisiones personales.
Seis años después, podría decirse que la situación es diferente, pero mantiene una misma esencia: las acusaciones de irregularidades en el actuar de las autoridades electorales y la exigencia de su renuncia; sin embargo, los señalamientos ahora provienen de quienes en el pasado formaron parte del grupo ganador.
En días pasados, la líder local del PAN en Puebla, Augusta Díaz de Rivera, informó que presentarían un recurso de remoción ante el INE, en contra de los miembros del Consejo General del órgano local.
Dicha queja sería la misma en su tipo, después de que los candidatos a las alcaldías de Venustiano Carranza, Marco Antonio Valencia y de San Pedro Cholula, Roxana Luna, hicieron lo mismo por su propia cuenta.
De esta manera es que el IEE, que ahora es encabezado por Blanca Cruz García, enfrenta una serie de señalamientos por presuntas irregularidades en su actuar en los últimos comicios; sin embargo, los ataques ahora vienen del frente contrario al de hace seis años.
Por ahora solo queda esperar que los recursos procedan, será el INE quien tenga la última palabra, pese a que desde la oposición se confía en que sus quejas tengan éxito y se destituya a los consejeros.
Dicha situación solamente refleja una ley de vida: no importa lo que hagas, nunca nadie estará contento con tu desempeño y en este caso, al final del día, las autoridades electorales seguirán siendo las malas de la película, sin importar quién haya ganado las elecciones.