El pasado domingo se realizaron elecciones en seis estados del país con un saldo de cuatro gubernaturas para Morena y aliados y dos para la coalición Va por México.
No sorprende el hecho de que pesar de los resultados negativos de las administraciones morenistas, en las que el crimen ha incrementado y se carece de obras de alto impacto, los votos beneficiaran al partido oficialista.
Como hemos explicado en este espacio, existen muchos factores que juegan a favor del partido del presidente como son la clientela electoral que ha construido a través de programas sociales que han servido para presionar a la población, así como la alianza que mantiene, por un lado, con grupos delincuenciales, y por otro, con organismos de corte evangélico que promueven a los candidatos de Morena durante las “disertaciones”.
No es menor el hecho de aplicar la coacción del voto, por medio del uso de la fuerza o el engaño. Fueron presas, por ejemplo, ciudadanos oaxaqueños que, en su necesidad, aceptaron una remuneración de mil pesos por sufragio, recurso que después de la elección del domingo nunca llegó a sus bolsillos.
Otro evento grave fue el ocurrido en Tamaulipas, donde se evidenció, a través de redes sociales, que el crimen organizado no permitió a los representantes de los partidos políticos participar en sus respectivas casillas. Las actas de escrutinio en varios municipios no estuvieron firmadas por los institutos que conforman la coalición.
Otro factor que es realmente preocupante es el abstencionismo. Más de la mitad de los mexicanos no están tomando partido y tampoco decisiones por su país.
Todos estos puntos favorecieron el éxito de Morena y sus aliados, mismos que, posiblemente hayan sido contrarrestados por los equipos de campaña de los candidatos opositores en Aguascalientes y Durango.
Además, se debe hacer énfasis en los números alcanzados por los institutos que fueron solos en Quintana Roo y Oaxaca. No hubo margen de acción, el voto se pulverizó y benefició completamente a quienes se alzaron con el triunfo. Caminar en solitario no es opción en tiempos extraordinarios.
Finalmente, Movimiento Ciudadano sigue jugando su juego político, aunque no ganó alguna de las gubernaturas sí logró dividir el voto, restando posibles sufragios a la coalición y permitiendo la consolidación de las administraciones morenistas.
Todo esto debe tomarse en cuenta en las próximas elecciones.