Cuantas veces hemos leído o escuchado que los maestros ya no son cómo antes, claro, los alumnos tampoco lo son.
Los tiempos tan cambiantes a los que nos enfrentamos en la actualidad, llevaron a los maestros a actualizarse para empatizar con el alumno, hoy el maestro tiene cómo ayer desafíos, uno de ellos es escuchar y observar más a sus alumnos, saber algo de su vida personal, hará la diferencia, por qué un alumno (visto de manera especial) dedicarle una mirada apreciativa, que lo llevará a ser especial.
Mi aplauso es para los maestros que profesionalizan su actividad docente, el aula es testigo mudo del trabajo desempeñado y los alumnos soñando despiertos en el juego de aprender.
Como hermana de maestras, siempre observé la profunda dedicación que ponían al preparar la clase de «mañana ahí en casa, cuándo (ya no están trabajando) esforzándose para tener calidad en la enseñanza.
Pienso que uno y el más importante de los retos a que se enfrentan el maestro es: Es educar para la convivencia y el respeto.
Todo para los alumnos es significativo, admirando al maestro cómo referente en su vida, el maestro es y será recordado siempre como nuestro formador para ser alguien en la vida profesionalmente hablando y también claro por qué no será a quien dirijamos nuestros dardos de frustración si no lo logramos.
Maestros reciban todos los homenajes, festejos, aplausos y la gratitud expresada para ustedes, por qué siga existiendo en ustedes la dedicación y el amor a el oficio, que a través de materiales, cómo: cartulinas, tijeras, colores historias, dibujos, preparan nuestra mente para la vida…Muchas gracias.