El año, sin duda, fue demasiado complicado informativamente, sin embargo, confió en que hayamos cumplido las expectativas hacia nuestros lectores y seguidores en nuestras redes sociales.
¿Pero por qué fue un 2022 complicado?
De entrada, seguimos con los estragos de la pandemia del COVID-19, cuya enfermedad llegó para quedarse en el mundo.
También sobrevivimos a los daños que representó el sismo del 19 de septiembre de 2022, cuyo día nos enmarcará para siempre porque curiosamente esos fenómenos naturales se vivieron en la misma fecha de 2017 y 1985, respectivamente.
Económicamente hablando, México y Puebla no atraviesan por su mejor momento, pese a ello, sobrevivimos a este año que está a punto de extinguirse.
En política, también fue un año difícil para quienes intentamos hacer periodismo.
Todavía seguimos sorprendidos por los recientes hechos que derivaron en el fallecimiento de Miguel Barbosa Huerta, ex gobernador de Puebla.
Muchos dicen que Puebla vive un sexenio maldito, porque en tan solo 4 años, hemos tenido 6 personajes que toman decisiones al frente del estado.
La muerte del exmandatario poblano deja muchas lecturas políticas de lo que pasará con Morena, una vez que su líder moral ya no está al frente de este barco llamado Puebla.
Sin embargo, esas lecturas políticas serán plasmadas en una nueva colaboración para inicios de 2023.
Hoy este breve espacio, lo quiero utilizar para tratar de mandar un humilde mensaje de unidad.
Puebla no necesita de odios, divisiones, rencores o venganzas.
Puebla necesita de estabilidad social y depende también de nosotros generar ese equilibrio, sin juzgar a nuestros gobernantes o cualquier otro funcionario sobre las decisiones que toman.
¡Ojo! No digo que dejemos la crítica, lo que digo, es que dejemos el odio y el rencor como sociedad, para empezar a construir una mejor Puebla luego de los hechos que nos marcaron tras la muerte de 2 exgobernadores; es decir, Martha Erika Alonso Hidalgo y Miguel Barbosa Huerta.
Si ustedes creen en algo, saben que existe alguien más poderoso que nosotros y que se encargará de juzgarlos en cada una de sus acciones, pues insisto ¡Esa no es nuestra tarea!
Gracias, en serio gracias por este año 2022.
Como dije arriba, con esta columna despedimos el año y nos vamos de vacaciones para regresar con todo el 2023.
Les mando un fuerte abrazo a cada uno de ustedes, deseándoles que pasen una excelente Navidad, pero, sobre todo, un mejor Feliz Año.
La verdad tengo miedo de escribir lo siguiente, sin embargo, lo diré: ¡2023 SORPRENDENOS!
Hasta aquí mi reporte.
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LA FRASE
“Espero que los sueños del año pasado puedan convertirse en proyectos en el nuevo año”. Anónimo