- El fin último es que la campaña de cuidado comunitario se instale en el quehacer universitario como paradigma a contrapelo de los modelos hegemónicos de exclusión y marginación.
Cada año, la IBERO Puebla establece el tenor de su proceder con una campaña universitaria que atienda una problemática social de gran escala. El ciclo escolar 2022-2023 tendrá como horizonte la máxima Del cuidado personal al cuidado colectivo para sanar un mundo roto, esto con el propósito de consolidar nuevas y mejores formas de convivencia en el regreso a las aulas tras la Covid-19.
Para el Mtro. Mario Patrón Sánchez, Rector de la Casa de Estudios, se trata de una invitación a la escucha de una serie de postura en contra de los modelos hegemónicos. “La campaña busca recordarnos que el cuidado no es una opción más, sino una manera de habitar el mundo que parte del reconocimiento de nuestra fragilidad e interdependencia”.
Aunque fue concebida en el marco de la pandemia, la estrategia integral también se inscribe en las actividades de la Jornada por la Paz con Justicia en México lanzada por la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús. El asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora supuso una llamada de atención para todas las instituciones ignacianas para refrendar el compromiso con las personas históricamente vulneradas.
Es así que la declaratoria hace un llamado a la Comunidad Universitaria a “mirarnos y acercarnos desde una condición de igualdad y fragilidad, pero sobre todo de interdependencia”. Esto será posible si todas las instancias de la IBERO Puebla vuelcan sus esfuerzos hacia la construcción de espacios sociales justos, diversos y solidarios.
La declaratoria para la campaña Del cuidado personal al cuidado colectivo define esta actividad como la atención basada en la compasión, la ternura, el respeto y la confianza. Se trata de una actitud de servicio frente a la otredad desde el respeto y la escucha, no desde el asistencialismo. Redondeó Patrón Sánchez: “Esta campaña es una ratificación de la apuesta por generar un conocimiento pertinente de cara a la realidad”.
Complejizar los cuidados
La campaña universitaria plantea el cuidado como una actividad, un puente que conduce desde los paradigmas del capital hacia formas más equitativas de proteger la vida. “No vivimos más en un mundo de lógicas lineales, sino sistémicas: si yo hago a en la punta del mundo, va a impactar en b y en c”, aseguró el Mtro. José Laguna Matute durante una conferencia posterior al acto protocolario.
Entendido como labor, el cuidado representa una de las principales fuentes de la vida. El ser humano es una especie cuidadora que, además, ha construido instituciones abocadas a esta labor: hospitales, escuelas, guarderías. Sin embargo, la construcción patriarcal del mundo ha asignado a las mujeres las labores de cuidado, lo que las ha anclado a la vida en el hogar.
El teólogo e investigador explicó que el cuidado es un acto atravesado por el poder, pues existe una asimetría inherente en la que unos se encargan de satisfacer las carencias de otros. Por tanto, uno de los principales cambios que deben ocurrir consiste en disolver las normas que vinculan el cuidado con lo femenino y al ámbito doméstico.
“El que los cuidados formen parte de la política significa construir una biopolítica: aquella que se pone al centro de las necesidades sociales por encima de los individuales”.
Como acción política, los cuidados deben ser capaces de articular códigos legislativos. “Si hasta ahora definimos una buena sociedad como aquella que aseguraba la convivencia armónica, deberíamos de empezar a plantearla como aquella que provee a todos los ciudadanos una vida digna”. Esto en alusión a las prácticas que se basan en proteger la producción, no así a las personas.
Los lugares de descuido, por otro lado, son semilleros de violencia. Laguna Matute evocó los contextos de maltrato infantil, considerados por muchas leyes como crímenes por abandono. A nivel macro, cuando comunidades enteras carecen de cuidado se generan las violencias estructurales. La misión de las universidades, concluyó, es llevar las tradiciones de cuidado a la superficie para que sean reconocidas por todos los niveles sociales, políticos y económicos.