Jorge Barrientos
Ana Karen Rodríguez, madre buscadora de Puebla, lleva más de dos años sin conocer el paradero de sus tres hijas, desaparecidas presuntamente por la familia paterna. Erika Aitana (1 año), Madisson Scarlett (3 años) y una bebé de apenas dos meses fueron sustraídas en noviembre de 2022, tras una discusión con su exesposo.
Las carpetas de investigación FGEP/CDI/FEIDVGCM/SPCHOLULA-I/010660/2022/VF-I y FGEP/CDI/FEIDDFPDCP/DESAPARECIDOS.L-I/001474/2023, además de las causas penales 240/2023/PUEBLA y 1993/2024/PUEBLA, documentan el caso que involucra presunta violencia vicaria. Pese a ello, Ana Karen denuncia que ni la Fiscalía General del Estado ni la Comisión Estatal de Búsqueda han activado los protocolos necesarios para localizar a las menores.
Irregularidades y omisiones
Ana Karen señala que la Fiscalía no ha liberado cateos clave, ni emitido órdenes de aprehensión contra los responsables. Acusa también que el juez de control ha otorgado prórrogas excesivas que retrasan la audiencia intermedia del proceso penal contra Erick Larios, padre de las niñas, quien se encuentra en prisión preventiva junto con los abuelos paternos.
La madre también exige prisión preventiva para otros presuntos responsables: el tío Donovan, la madrastra Jesica, y la tía Gabriela. Asimismo, solicita la ejecución de la orden de aprehensión contra Jesica, señalada como autora intelectual de la desaparición.
Una búsqueda interminable
Durante estos dos años, Ana Karen ha logrado que se realicen más de 30 cateos en Puebla, Cholula y Tlaxcala, pero las niñas siguen sin aparecer. Según ella, los cateos son insuficientes y, en varias ocasiones, se han realizado tarde, permitiendo que los responsables trasladen a las menores a otros lugares. “Es como morir lentamente”, expresó Ana Karen al describir el dolor de su búsqueda.
El origen del caso
La desaparición ocurrió en noviembre de 2022, cuando una discusión con su exesposo escaló debido a que él se opuso a que una de las niñas fuera llevada al pediatra, tras suministrarle medicamentos caducados. Poco después, las tres menores fueron arrebatadas y su paradero sigue siendo desconocido.
Ana Karen continúa exigiendo justicia y la activación de los protocolos necesarios para reencontrarse con sus hijas, quienes le fueron arrebatadas hace más de dos años.