En términos generales, ha prevalecido en las sociedades… la voracidad por la pronta explotación de la riqueza natural que nos rodea, lo cual ha derivado en depredación brutal de flora y fauna. La visión de los recursos naturales como mercancía, cuya explotación genera ganancias inmediatas, es un drama que afecta a la humanidad, donde el agua, el aire, la tierra y el fuego se combinan o alternan para hacer posible toda forma de vida.
Luis H. Álvarez
“Agua cara y servicio deficiente”
Por: Rafael Micalco
Imposible negar lo importante que es el agua para la vida de cualquier ser vivo, imposible también negar que el uso del agua está relacionado con el desarrollo de las comunidades y por tanto es imposible imaginar el futuro sin el vital líquido. Cualquier estrato socioeconómico requiere del agua y no hay sustituto de este.
Actualmente es reconocido como un derecho humano y organismos internacionales lo han dejado claro en postulados aceptados por todos los países del mundo, incluido el nuestro. Y no es para menos, el abuso y mal uso ha provocado escases y por ende desigualdad entre las y los ciudadanos.
En nuestro Estado el manejo del agua potable ha vivido varios episodios muy lamentables en la historia reciente, a pesar que contamos con brotes de agua importantes la corrupción que ha rodeado su distribución y saneamiento provocó grandes pérdidas para las arcas estatales.
El sistema operador fue durante mucho tiempo la llamada “caja chica” de las administraciones estatales, la deuda de este organismo creció sin medida y pues jamás le fueron negados recursos por lo vital que resulta ser el servicio de agua potable para los habitantes.
Recientemente el Soapap fue “rescatado” por Concesiones Integrales o Agua de Puebla, prometiendo que por fin habría una salida al hoyo financiero y al gran reto que se avecinaba para abastecer con el vital líquido a toda la población. Pero lamentablemente tampoco fue la solución, pues a consentimiento del poder en turno la empresa modificó las clausulas para aplazar la inversión prometida.
La semana pasada llegó al Congreso del Estado la solicitud de un aumento a las tarifas del agua, con la argumentación simple, poco sensible y hasta indolente de que no se había subido las cuotas en cierto tiempo. Me pregunto: ¿Tenemos mejor calidad de agua? ¿mejore servicio? ¿mayor cobertura? Es decir, ¿cumplieron los concesionarios del agua en Puebla? No, no lo hicieron, sin embargo, solicitan un aumento con un argumento desgastado y las promesas incumplidas.
¿Qué acción solidaria ofrecieron a la ciudadanía que atraviesa la pandemia? ¿Cuántos empleados despidieron por la pandemia? Ahora resulta que somos las y los poblanos quienes debemos comprender la difícil situación que atraviesa la empresa, que no ha mostrado ninguna disminución en sus ganancias.
Pero lo triste de este asunto es que los representantes populares no vieron eso y aprobaron en mayoría el aumento, el gobierno del estado quién titubeante primero se opuso discursivamente al aumento, pero a los pocos días cambió de opinión y de última hora, también palomeó el aumento cediendo a los intereses económicos de los concesionarios e incluso se volvió promotor. Ante esto solo quedamos una minoría de diputados oponiéndonos a perjudicar la ya desgastada de las familias en Puebla.
De verdad, alguien puede afirmar que el usuario quiere pagar más o le cree que “ahora sí” le van a cumplir. No confundamos ni tratemos de justificar que, hasta el momento en Puebla tenemos agua cara y servicio deficiente, no hay más.
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