Era 2006, estaba por consumarse un fraude electoral, peleábamos hombro con hombro junto a Andrés Manuel López Obrador (pocos de los que hoy están en Morena y quieren ser dirigentes o candidatos nuestros podrán decirlo). Los ciudadanos estábamos enardecidos, se iban a burlar de nosotros, se iban a salir con la suya, iban a hacer un fraude como en 1988 y lo queríamos impedir. En los eventos del Zócalo había grandes lonas, sobre todo de organizaciones campesinas y rurales que decían “Sólo estamos a la espera de sus órdenes, señor Presidente”. Pero AMLO, que aun teniendo la razón histórica y la legitimidad para ejecutar cualquier estrategia, por vehemente que fuera, y a sabiendas de que iría acompañado de millones de nosotros, nunca optó por una salida que implicara un ápice de violencia. En nuestro movimiento siempre presumimos que después de años de lucha, nunca se rompió siquiera un vidrio.
Por eso cuando veo ese tipo de eventos a todas luces reprobables como el del sábado pasado, donde un pequeño grupo agredió a un diputado de nuestra propia fracción parlamentaria local, nos obliga a reflexionar.
Podríamos decir que ni siquiera se trata de gente de morena, y sería cierto, David Méndez, junto con su mamá y su papá fueron expulsados del movimiento en 2007, cuando lo dirigían. (No diré aquí los motivos porque desviarían del tema principal), sin embargo fue hasta 2017 cuando comenzaron a acercarse otra vez, y sin estar afiliados. Y recordemos que la afiliación estuvo cerrada desde hace ya varios años.
Si bien el acto de reclamar tiene toda la validez, el llegar a reventar un evento, donde tal vez ni siquiera hubieran estado invitados, entonces si fuera el caso, sería, irrumpir en un evento para reventarlo y agredir así a un diputado, les quita la calidad de interlocutores políticos para cualquier tipo de diálogo o negociación en cualquier tema.
Si se supone que el tema de esa familia ha sido el del agua, resulta extraño que en tiempos del morenovallismo, que fuedonde precisamente se concesionó y se hicieron todas las reformas pertinentes, nunca le hubieran hecho algo parecido a ninguno de los diputados. Tal vez porque David, hijo de Jorge, era regidor por Movimiento Ciudadano, que era aliado del régimen morenovallista.
¿Por qué justo ahora que viene la renovación de consejeros es cuando hacen algo así? Y después de un tema de un incremento que está justo por debajo de la inflación y debajo del promedio de aumentos de los servicios básicos? Porque nadie los vimos actuar así con diputados como Mario Riestra o Ana Teresa Aranda cuando rechazaron la reforma energética del presidente. Ahí hubiera sido bueno que se vieran tan decididos a reclamar, y no sólo como al sábado, con la alevosía y ventaja de atacar a diputados del (supuestamente) mismo partido al que pertenecen.
Sería bueno investigar si se trató de un montaje para que, como algunas notas mencionan, llegara gente de la expresidenta municipal a apoderarse de un evento de carácter nacional y poder posicionarse en el mismo.
Habrá que sancionar a los responsables de todo esto.