Apuntes y notas
David Meléndez
@dav_ms6
La sociedad actual enfrenta un severo problema de descomposición, lo cual ha llevado a que cualquier situación pueda poner en riesgo la vida de una persona, incluso girar la mirada hacía en el momento equivocado y con personas equivocadas que malinterpretan todo puede costar la vida.
Por temas de seguridad, al protagonista de esta historia lo llamaremos Martín.
Martín salió la semana pasada a trabajar como cada mañana, junto con un compañero se encontraba en los alrededores del Mercado Morelos esperando el transporte que lo llevaría a su centro de trabajo, sin embargo, por destino o mala suerte volteó la mirada al lugar equivocado y en el momento equivocado.
A plena luz del día, el joven observó la compra y venta de drogas, algo que cada vez es más común en las calles, sin embargo, para su mala suerte, los dealers se dieron cuenta que los observaba, por lo que acto seguido lo encararon.
– ¿Qué ves?, dijo uno de los vendedores.
– ¿Qué veo de qué?, respondió Martín sin comprender que pasaba.
Ese intercambio de palabras se malinterpretó, ya que Martín y su compañero fueron rodeados por un grupo de hombres, quienes los subieron a un vehículo, los cubrieron de los ojos y los llevaron a un lugar para golpearlos.
Las horas fueron pasando hasta llegar la noche, momento en que los captores decidieron liberar a los dos jóvenes, no sin antes amenazarlos y agredirlos físicamente una última vez, dejando el miedo en ambos que por dicha razón no se han atrevido a presentar una denuncia formal ante las autoridades competentes.
Por fortuna y a comparación de otros casos, los dos trabajadores salieron con vida después de haber sido víctimas de un secuestro exprés en una zona que cada vez se considera más peligrosa en la capital poblana.
Ha habido casos en donde los resultados son fatales y terminan con una persona perdiendo la vida, sin que haya hecho nada.
Esta historia es solo el reflejo de la descomposición social que existe hoy en día, en donde cualquier palabra, gesto o mirada puede provocar un problema o poner en riesgo una vida a causa de una mala interpretación o por toparse a la persona equivocada.