Jorge Barrientos
El arzobispo de Puebla, Monseñor Víctor Sánchez Espinosa, hizo un enérgico llamado a no ser indiferentes ante los gritos y clamores de aquellos que, desde las “orillas de los caminos”, buscan ser escuchados.
Por lo que, resaltó la difícil situación que atraviesa México, marcada por la violencia e inseguridad que afecta a tantas vidas. Como ejemplo, mencionó el asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez en Chiapas, un hecho que considera reflejo de la cruda realidad nacional, independientemente de que algunos intenten minimizarla o negarla.
Sánchez Espinosa enfatizó la necesidad de escuchar y atender los gritos incómodos de los más vulnerables, aquellos que se sienten impotentes ante la falta de justicia y apoyo.
Señaló que muchos de estos gritos provienen de los excluidos, marginados y maltratados, a quienes a menudo se prefiere ignorar o silenciar. Expresó que la voz del pobre y del marginado debería ser atendida, ya que representa una demanda legítima de justicia y dignidad.
El arzobispo también recordó la cercanía de fechas importantes en la tradición católica, como el Día de San Simón y San Judas Tadeo el 28 de octubre, y las festividades de Todos Santos y Fieles Difuntos.
Finalizó pidiendo por el eterno descanso de quienes han fallecido y por la salud de aquellos que enfrentan enfermedades o situaciones difíciles, subrayando así su llamado a la solidaridad y al compromiso con quienes más lo necesitan.