Aunque falta mucho tiempo para el 2030 y todavía ni siquiera toma posesión de su cargo como presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, vaya anotando estos tres nombres, como posibles sucesores de la próxima titular del ejecutivo federal.
De golpe y porrazo y con mucho tiempo de anticipación, Andrés Manuel López Beltrán, “Andy” para sus amigos, fue insertado en la sucesión del 2030 por su propio padre, el presidente López, luego de ser nombrado secretario de Organización del nuevo “partizado”, Morena.
López Beltrán es, sin duda, el más aventajado de estos tres personajes, pues goza del privilegio natural de llevar el nombre y apellido del nuevo caudillo mexicano, lo cual pesa y pesa mucho.
Lo que antes era mal visto por la izquierda populista, el nepotismo, ahora es una cualidad sumamente importante para poder ocupar cargos, basta señalar que la nueva dirigente nacional de Morena, la ex secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, es hija de Bertha Luján, incondicional de López Obrador y ex presidenta del Consejo Nacional del partidazo.
Según dicen los que saben, el camino de Andy López está más que trazado, secretario de Organización de Morena, diputado federal en el 2027 y candidato a la Presidencia de la República por este partido en el 2030, claro, todos los días recorriendo el país a costa de las prerrogativas de este instituto político.
Sin duda, pareciera que Andy lleva a mano en la carrera dentro de Morena por hacerse de la candidatura a la presidencia de la República, sin embargo, ya desde ahorita se avizora que hay un personaje que sin duda le va a hacer competencia y parece ser el “delfín” de quien será la nueva presidenta de México, el senador de la República y próximo secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch.
García Harfuch es otro personaje, cuyo linaje habla por sí mismo, hijo de la actriz María Sorté y del ex presidente nacional del PRI y aspirante a la presidencia de la República, Javier García Paniagua y nieto del general, Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional en tiempos de Gustavo Díaz Ordaz y una de las figuras centrales del evento del 2 de octubre de 1968 y la matanza de Tlatelolco.
García Harfuch trae, pues en las venas, la política, los trabajos en labores de seguridad y espionaje, así como el reconocimiento de los militares, ya que su familia pertenece a la élite de las fuerzas armadas de nuestro país, se dice incluso que él apoyó a la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para elegir a quienes estuvieran al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Marina Armada de México, ambas dependencias junto con Omar García, estarán al frente de la seguridad del país.
De todos es conocido que García Harfuch era la carta de Sheinbaum para sucederle en el gobierno de la ciudad de México, pero el presidente López se interpuso en su camino, para evitar que de inmediato se pudiera convertir en competencia para su hijo Andy, por eso bajaron a Omar y metieron a Clara Brugada, la entonces jefa de gobierno de Iztapalapa.
Aun así y a pesar de que causa escozor al interior de Morena, García Harfuch parece ser la carta natural de la futura presidenta de México para sucederlo ahora si en el 2030, aunque por supuesto deberán de sortear la aduana de la inseguridad en el país y del ex presidente López y su hijo.
La tercera carta para el 2030 dentro de Morena, puede ser un gobernador o gobernadora de este partido político, los cuales se están empoderando, a través de los recursos que manejan y porque cada vez son más necesarios para que subsista el nuevo “partidazo” por sus aportaciones económicas y estructuras, como ocurrió en los viejos tiempos del PRI.
Por último, la oposición solo parece tener una carta a la cual apostarle y ese es el aún joven senador de la República, Luis Donaldo Colosio Riojas, quien milita actualmente en Movimiento Ciudadano.
Colosio es sin duda por lo menos ahorita la mejor carta que puede tener la oposición, pero necesita comenzar a recorrer todo el país, para conectar con la gente y hacer alianzas con el resto de las fuerzas políticas de la oposición e incluso de Morena y también del Verde.
Luis Donaldo es otro personaje cuyo linaje lo pone en el escaparate nacional, al ser hijo de quien fuera candidato del PRI a la presidencia de la República en 1994 y que fuera asesinado en ese año en la colonia Lomas Taurinas, Baja California y quien también perdió meses después a su madre, Diana Laura Riojas, quedando huérfanos él y su hermana menor.
Su historia de vida y su apellido son muy poderosos, si toda la oposición logra unirse en torno a su figura, Luis Donaldo le puede dar un muy buen susto a Morena en el 2030, pese a Andy o a García Harfuch.
Guarde muy bien está columna y deje que como los buenos vinos y licores se añeje, porque esto se puede convertir en el escenario de la sucesión, dentro de seis años y de la posible división al interior del partido hegemónico, Morena.
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