El gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta, ha dejado claro que su principal compromiso será garantizar la seguridad en todo el estado, abarcando cada uno de sus municipios.
Para Armenta, la seguridad no se puede imponer desde arriba; debe ser un esfuerzo colaborativo entre el gobierno estatal y los gobiernos municipales.
En lugar de dictar órdenes, Armenta ha apostado por el diálogo directo con los presidentes municipales, invitándolos a sumarse a este esfuerzo común por devolverle la tranquilidad a Puebla. Este enfoque respetuoso hacia la autonomía de los ayuntamientos demuestra su capacidad para generar consensos sin menoscabar la soberanía local, algo que debe de sopesar en su justa dimensión.
Dentro de este marco de colaboración, el gobernador electo ya adelantó que el próximo titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) será un miembro de alta jerarquía militar, un integrante del extinto estado mayor presidencial.
Aunque aún no ha revelado el nombre del elegido, es evidente que su intención es garantizar que quien ocupe ese puesto esté altamente capacitado para enfrentar los desafíos de seguridad en Puebla, los cuales no son un asunto menor, sobre todo si se toma en cuenta los últimos incidentes registrados en la entidad.
Esta decisión, que ha generado expectativas, refleja su compromiso de poner a las fuerzas armadas al servicio del bienestar ciudadano, siempre con el propósito de asegurar que las familias poblanas vivan en paz, aunque algunos no puedan gustarles.
Armenta ha sido enfático en que la seguridad del estado no es un tema menor y que el nombramiento del titular de la SSP será fundamental para ejecutar su plan, el cual se enfoca en devolverle la tranquilidad a las familias poblanas.
A pesar de no haber revelado detalles por cuestiones estratégicas, es claro que su elección estará alineada con su visión de que la seguridad debe ser la piedra angular de su gobierno. Al priorizar a un perfil militar altamente capacitado, Armenta busca garantizar que Puebla cuente con un sistema de seguridad robusto, eficiente y, sobre todo, orientado al bienestar de todos los ciudadanos.
Su plan no es solo una promesa de campaña; es un proyecto integral que tiene como objetivo devolver la confianza a los poblanos, garantizando que cada uno de sus municipios sea un espacio seguro para vivir y desarrollarse. La designación del próximo titular de la SSP, proveniente del Estado Mayor Presidencial, es una señal clara de que Armenta está dispuesto a tomar decisiones firmes por el bien de Puebla.
No es la primera vez que un militar estará al frente de la seguridad pública en Puebla, con Mario Marín, el general, Mario Ayón estuvo al frente de esta dependencia y Puebla tuvo una mejor seguridad pública que con los personajes que después sustituyeron a Ayón, quien recientemente falleció.
El tema de la seguridad pública es una prioridad, sobre todo, luego de que el gobierno de los Estados Unidos emitiera el pasado miércoles una alerta a todos sus ciudadanos, para que “viajen con precaución” en 30 de las 32 entidades del país, incluida Puebla.
El levantón del seudo empresario a las afueras del Mochomos, los hechos de la quema del auto con sus restos a las afueras del C5 y el asesinato del presidente municipal electo de Xochiltepec son “focos rojos”, que el nuevo mandatario debe de atender, sobre todo ahora que se busca consolidar proyectos como el relanzamiento de la célula.
Las inversiones no van a llegar, si Puebla se mantiene dentro de un clima de inseguridad como el que se ha vivido en los últimos días, esto a nadie le conviene.
Si un militar puede poner orden, sin duda será bienvenida su designación y si muchos presidentes municipales deciden de manera libre, sumarse a la propuesta a ojo, es a nivel nacional de contar con mandos castrenses, no hay por qué alarmarse.
Finalmente, lo que queremos todos, es volver a vivir en paz y tranquilidad en Puebla.
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