Jorge Barrientos
El arzobispo de Puebla, monseñor Víctor Sánchez Espinosa, aprovechó la misa dominical para expresar su solidaridad y oración por las más de 100 mil personas desaparecidas y no localizadas en México.
Durante la misa, el arzobispo también reservó un momento de silencio para orar por las víctimas y sus familias, reconociendo el inmenso sufrimiento que representa para una madre no saber el paradero de su hijo. «¡Qué madre no sufre al no tener a su hijo porque está desaparecido y no saber nada de él!», expresó con profundo pesar.
Su mensaje fue un llamado a la solidaridad y a la acción, instando a la comunidad y a las autoridades a no olvidar a las víctimas y a sus familias, y a redoblar los esfuerzos en la búsqueda de justicia.
Durante su homilía, subrayó la gravedad de la crisis de desapariciones en el país y la necesidad de mantener viva la esperanza y la búsqueda de justicia para las víctimas y sus familias.
Asimismo, hizo un llamado a la comunidad para recordar y orar por las víctimas de desaparición forzada en México, en conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, que se celebró el pasado viernes 30 de agosto.
En su homilía, el arzobispo dio lectura a las cifras alarmantes del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas (RNPDNO), destacando que hasta el 8 de agosto de 2024, en México hay 116 mil 386 personas desaparecidas y no localizadas. Subrayó que miles de familias se enfrentan a esta dolorosa realidad, muchas de las cuales, ante la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades, se ven obligadas a realizar por sí mismas la búsqueda de sus seres queridos.
Puso como ejemplo el «Colectivo de Madres Buscadoras», que está formado principalmente por madres que, desesperadas por la falta de apoyo institucional, han tomado la iniciativa de buscar a sus hijos por su cuenta.
El arzobispo mencionó que estas madres suelen asistir a misa, buscando consuelo y fortaleza espiritual.