La diputada priista aseguró que, a diferencia de las normas que sólo sancionan, con estas modificaciones se busca también identificar conductas de riesgo
Con la creación de más programas de prevención, capacitación para identificar conductas de riesgo, así como atención y seguimiento psicológicos para las y los jóvenes en el estado de Puebla, se podrán detectar a tiempo posibles casos de violencia y prevenir delitos, aseguró Isabel Merlo Talavera, diputada local de la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Puebla, al aprobarse las reformas a la Ley de Juventud.
Ante el Pleno, la legisladora priista señaló que se debe garantizar una vida libre de violencia a las y los jóvenes del estado, al establecer que los diversos cursos y capacitaciones que son impartidos por el estado y los municipios tengan como finalidad el prevenir y eliminar la violencia en cualquiera de sus formas.
“El sistema jurídico del Estado es preponderantemente punitivo y en menor medida preventivo, por lo que requieren disposiciones legales que prevengan la comisión de delitos. Esta reforma, que hoy se presenta, es altamente preventiva”, destacó.
Resaltó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública 2021 (ENVIPE-21), los hombres son víctimas de delito en un 14 por ciento más respecto a las mujeres.
Sin embargo, cuando se hace un desglose de la referida encuesta, por tipo de delito, se desprende que las mujeres se encuentran en una situación de vulnerabilidad mayor en cuanto a delitos sexuales se refiere.
Ante esta situación, dijo, “debemos invertir mayores recursos para aplicarlos en programas de prevención del delito a fin de disminuir los índices de violencia y podamos desarrollarnos como una sociedad más sana”.
La también secretaria general del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI en Puebla dijo que, al aplicarse esta reforma de ley, sin duda, se logrará tener una sociedad joven más sana, mejor capacitada en la prevención e identificación de conductas violentas “y eso redundará en relaciones más sanas, menos índices de violencia, relaciones afectivas más saludables y a la postre, también familias más saludables”, concluyó.