Puebla se tiñe de sangre, se pasea el fantasma del 2018

El asesinato del candidato de Morena a la presidencia municipal de Acatzingo, Jaime González Pérez, “tiñó ya de rojo” el proceso electoral de este año y es un muy fuerte llamado de atención para la Puebla, ante la cercanía del inicio de las campañas locales y la federal que ya está en marcha.

El funesto acontecimiento debe de encender “las alarmas” en esta materia para la entidad, porque el ambiente se encuentra polarizado como ocurre en todo el país y esto no beneficia en nada a nadie, todos salimos perdiendo. Dos aspectos destacan dentro de este acto a todas luces reprobable.

El primero, el golpe en contra de la administración estatal, misma que ha pedido una y otra vez que no se politice el tema de la inseguridad, el cual, es la bandera de campaña de la oposición, quien ha reclamado elecciones limpias y seguras.

Dos, el impacto que tiene también, el asesinato de Jaime González, quien precisamente era el candidato de Morena a la presidencia municipal de Acatzingo, lugar adoptivo, del abanderado del partido oficialista a la gubernatura de Puebla, Alejandro Armenta, quien gobernó esta ciudad hace poco más de 30 años.

Pero más allá de esto y de que la Fiscalía de Puebla deberá de aplicarse para dar con los responsables de este asesinato, el cual enluta a los hogares de todos los poblanos, lo realmente preocupante, es el rumbo que comienza a tomar el proceso electoral. Como lo dije desde hace tiempo, urge que los principales actores políticos de la entidad se pongan una bolsa de hielo en la cabeza.

De seguir por esta ruta, Puebla corre el riesgo de repetir el patrón de lo que fue el proceso electoral del 2018, cuando el morenovallismo gobernaba en Puebla y 5 aspirantes y candidatos fueron asesinados, previó al proceso electoral que se celebró en ese año y en donde en medio de la polémica y la judicialización del proceso, se alzó con el triunfo Martha Erika Alonso. ¿Nos sueña familiar esto?

Pareciera que hay quienes quieren que se repita el mismo escenario, pero de manera totalmente innecesaria, si se toma en cuenta que Alejandro Armenta Mier, en todas las encuestas que se conocen, encabeza las preferencias y en casi todas por más de dos dígitos. ¿A caso tiene necesidad de que se repitan estos escenarios? ¿Quién quiere manchar de manera totalmente innecesaria este proceso?

El 2018 fue uno de los procesos electorales más polémicos y más sangrientos que ha vivido Puebla, ya consigne la muerte de cinco aspirante durante el proceso, Germán Villalba, candidato a la presidencia municipal del PRD por Zacatlán, Jairo García Oliver, candidato a diputado local por Huejotzingo por la vida independiente, Gustavo Gómez, candidato del PRI a la alcaldía de Z. Mena, Aarón Varela Martínez militante de Morena y aspirante a la alcaldía de Ocoyucan y Alfredo Sánchez, así como Juana Iraís Maldonado Infante, candidata a diputada local por Huauchinango por el Partido Verde y por cierto, sus muertes nunca fueron aclaradas y tampoco hubo personas detenidas.

En ese mismo 2018, durante la jornada electoral del 1 de julio fueron asesinados Fernando Herrera Silva, operador del PRI en Chignahuapan quien fue baleado, así como dos personas en la capital y una más en el vecino municipio de san Andrés Cholula. ¿Quieren que se repita el mismo escenario de sangre y muerte?

En cierta forma, se entiende que el régimen haya recurrido a esto, el morenovallismo veía venir la ola obradorista y sabían que solo moviendo todo su aparato iban a sacar la elección gubernamental adelante, en contra del candidato opositor, Miguel Barbosa y así fue, pero hoy reitero la gran pregunta es Ahora, ¿cuál es la necesidad?

Todo este escenario aquí descrito, sumado al conflicto poselectoral, el cual tuvo su punto culminante con la toma del hotel M&M en donde se encontraba el cuartel general de Martha Erika Alonso, por parte de los morenista, encabezada por Alejandro Armenta, Fernando Manzanilla, Gabriel Biestro, José Juan Espinosa, Nancy de la Sierra, Claudia Rivera entre otros personajes, en contra de los operadores del morenovallismo los cuales fueron sitiados en ese lugar, colocó a Puebla en una muy difícil situación de polarización social.

Puebla clama una verdadera reconciliación social desde hace tiempo y ojalá no se presente una nueva víctima durante esta campaña que ya se aproxima. Descanse en paz, Jaime González.

Armenta sigue apagando fuegos. El candidato de Morena a la gubernatura de Puebla, Alejandro Armenta Mier, luce incansable y no se da tregua en su afán de lograr la unidad al interior de su partido, lo que también demuestra el desaseo en el que se llevó a cabo el proceso de selección de candidatos dentro de este instituto político, algo que no solo decimos los medios, sino que está demostrado en los hechos es una realidad.

Armenta se ha dedicado a “planchar” a casi todos los inconformes, con el fin de lograr sumar a la mayor parte de los aspirantes que fueron hechos a un lado y maltratados por la dirigencia estatal.

Busca evitar el voto diferenciado, porque la mayoría de los que han acudido a estos encuentros, le han dicho que por él sí van a votar, no así por los candidatos a diputados locales y presidentes municipales.

riva_leo@hotmail.com

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