Las obras no dan votos

Corría el año de 1995, el entonces gobernador Manuel Bartlett Díaz, estaba a punto de consolidar la primera parte de sus grandes proyectos, englobados en el programa de desarrollo regional Angelópolis.
Puebla sin duda vivía una transformación total y salía del marasmo en el cual se había sumido, durante las administraciones de Guillermo Jiménez Morales y Mariano Piña Olaya, quienes no habían hecho ninguna obra relevante en la entidad.
Bartlett diseñó en ese tiempo, uno de los programas de desarrollo urbano, más ambiciosos, el cual requería de miles de millones de pesos para llevarse cabo, aprovechando la reserva territorial de mil 081 hectáreas, que se habían adquirido en 1991, todavía durante la administración de Piña Olaya, dentro del programa de reordenamiento territorial puesto en marcha a nivel federal por parte de la Sedesol “salinista”, que encabezaba en tal, Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Bartlett diseño un proyecto para dotar de reserva territorial a Puebla, demarcarlo bajo el perímetro de un anillo periférico, el cual iba a ser ecológico, dotar de agua a la ciudad capital, crear un corredor turístico en el paseo de san Francisco, la zona fundacional de Puebla, así como rescate de diversos puntos de la entidad.
Su programa de obras, se complementaba con el paquete de repavimentación de calles, más ambicioso en la historia de la ciudad de Puebla, el programa “Mil calles”, puesto en marcha por el entonces alcalde capitalino, el empresario radiofónico, Rafael Cañedo Benítez.
Todo parecía presagiar que el PRI y sus candidatos iban a arrasar en la elección que se iba a celebrar en noviembre de ese año, encabezados por el candidato a presidente municipal, Germán Sierra Sánchez.
Todavía 8 días antes de la elección, Bartlett inauguró, aun sin terminar, la primera parte de la obra del anillo periférico de la ciudad, siendo la atracción principal, el grupo de moda en ese momento, Bronco son su vocalista, Lupe Esparza y sus éxitos, como: “que no quede huella”, “con zapatos de tacón” y “adoro”, entre otros.
El resultado de la jornada electoral celebrada el 12 de noviembre de 1995 fue brutal para el PRI, el partido en el poder, quien perdió toda la zona conurbada y los principales municipios de la entidad como Tehuacán, Atlixco y Teziutlán, ante su odiado adversario Acción Nacional, quien era encabezado por Ana Teresa Aranda Orozco, quien todavía logró, despojar al tricolor de Huejotzingo y estuvo a punto de arrebatarle a Bartlett, la mayoría en el Congreso local.
La gran lección que aprendió Manuel Bartlett luego de esa contundente derrota, es que la obra pública, no necesariamente significa votos.
Si por obra hubiera sido, Bartlett habría arrasado en esa elección de 1995, pero el ambiente nacional, influyó de manera decisiva en el resultado de aquel proceso y se llevó al traste todo el trabajo desarrollado por Bartlett en la capital y toda la zona conurbada.
En ese año, México venía del error de diciembre, el cual le costó a millones de familias de mexicanos, principalmente de clase media, el perder en muchos casos, todo su patrimonio o parte de él.
De la misma forma, previó a la elección, para ser precisos, ocho días antes, el gobierno federal de Ernesto Zedillo, aprobó un “gasolinazo” que afectó la economía de los poblanos.
El “mood social” era de enfado en contra de las administraciones priistas y en Puebla, la forma de gobernar, un tanto cuanto autoritaria de Bartlett, chocaba con un sector de la población, que simpatizaba con Acción Nacional, partido político que en Puebla, venía en franco crecimiento.
El resultado dejo una gran enseñanza para los futuros gobiernos, la gente no valora la obra pública, porque asume que es parte del trabajo que debe de realizar una autoridad, no lo ve como un mérito, además de que asume que dentro de este trabajo el mandatario en turno lleva una ganancia. “Haz obra porque de seguro algo sobra”, dijo el entonces presidente, López Mateos.
El decir que la obra pública representa votos, es un contrasentido y la historia, así lo demuestra. Es cuánto.

Comprobada la traición de Gonzalo. Esta más que comprobada la traición del líder del sindicato de Trabajadores del ayuntamiento de Puebla, Gonzalo Juárez, quien se la juega o al menos eso dice con Eduardo Rivera, pero también apoya a José Chedraui Budib.
Una fuente me contacto luego de la publicado en este espacio para darme a conocer que la semana pasada, el líder sindical convocó a 300 trabajadores de la comuna, para reunirse con el candidato de Morena a la alcaldía, el citado, José Chedraui.
A los citados se les pidió entrar la reunión sin sus teléfonos celulares para que no hubiera evidencia del encuentro.

Víctor Correau logra la unidad en San Andrés. A diferencia de muchos candidatos que se han mostrado soberbios, luego de ser designados por parte de sus diferentes partidos políticos y no se sientan con nadie, el empresario Víctor Correau Galeazzi, el abanderado del PT y Morena a la presidencia municipal de San Andrés Cholula ya logró la unidad en torno a su postulación.

Luego de dos semanas de turbulencia, Correau hecho mano de sus dotes de negociador para sentarse con la mayor parte de quienes compitieron en la interna morenista, para negociar, palabra que para nada nos debe de ofender, pues se trata de política.

De esta forma, Víctor logró “pactar” con dos actores políticos fundamentales, Ray Cuautli y Roberto Maxil, con lo cual se fortalece su postulación y se logra la tan ansiada unidad, en este municipio, el segundo más importante dentro del área conurbada. Ojalá aprendieran “otras y otros”, como dijera el clásico.

riva_leo@hotmail.com

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