“Un espacio de reflexión, diálogo y quehacer académico”. Estas son solo algunas de las características más destacables de lo que la Cátedra José Ramón Cossío Díaz representa para el gremio de las y los abogados en México, y que año con año forma parte de la agenda formativa de la IBERO Puebla.
Este importante espacio académico, creado en honor al exministro de la Suprema Corte de Justicia, expone los más importantes desafíos que se tienen a nivel global, nacional, y por supuesto, que tiene la comunidad jurídica ante ambos panoramas.
En esta edición, el eje rector de la cátedra fue el cuidado de la casa común, lo que permitió visibilizar las acciones jurídicas y legislativas que se están llevando o pueden llevarse a acabo para poder revertir los grandes daños al medioambiente provocados por la actividad humana a lo largo de la historia.
El Mtro. Simón Hernández León, coordinador de la Licenciatura en Derecho y de la Clínica Jurídica Minerva Calderón de la IBERO Puebla, explicó que “para nosotras y nosotros es muy importante tener estos espacios, donde podamos reflexionar críticamente la realidad, vincular a la reflexión y el quehacer académico con los procesos sociales y las necesidades que hay en la región, el país y el mundo”.
Atender la crisis medioambiental desde lo jurídico
Como momento cumbre, se realizó el conversatorio El derecho en diálogo con las ciencias ambientales. El Dr. José Ramón Cossío Díaz la Dra. Valentina Campos Cabral, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA) de la IBERO Puebla, hicieron honor al título de este espacio al contrastar diferentes aspectos de sus disciplinas.
La Dra. Valentina Campos planteó un panorama que “parece pesimista, pero es el realismo de los datos”. Demostró cómo los sistemas capitalistas, que por años han apostado por consumir sin medida y a costa de cualquier forma de vida, han llevado al planeta Tierra a su límite.
Tan solo en agosto de este año, la organización ambiental Global Footprint Network declaró que la tierra ha llegado a su límite sostenible, y que a partir de ese momento la humanidad está consumiendo los recursos que estaban destinados para 2024.
Igualmente, la experta explicó que ya hemos rebasado 6 de 9 límites planetarios, que son los procesos biofísicos y bioquímicos vitales que regulan la estabilidad y la resiliencia del planeta. “Los hemos rebasado respecto a los límites conocidos para mantener los sistemas de soporte y de estabilidad de la Tierra. ¿Qué quiere decir esto? Que estamos operando fuera del espacio seguro de vida que tiene miles de millones de años evolucionando”.
A ello se suman los desbordantes efectos del cambio climático, del que, advirtió la académica, ya se rebasaron los 2.8 grados que temen los expertos y ambientalistas, pues este aumento representa un riesgo a largo plazo para la vida en la Tierra.
Esto por supuesto requiere de acciones urgentes que, según el Dr. Cossío, no se han dado por el lado jurídico debido a la perspectiva desarrollista que se tiene sobre la naturaleza y los recursos que ofrece para mantener la vida. “Es difícil que este modelo pueda generar soluciones a los problemas que genera”, afirmó.
Incluso si se buscase una figura legal que cubra medianamente la necesidad de protección ambiental, el Dr. Cossío Díaz aclaró que solo existe la categoría del derecho humano al medioambiente, y esta se sigue centrando en las formas de vida humanas y su propio beneficio.
Así, ambos académicos hicieron un especial llamado a las juventudes y a las clases privilegiadas, pues “lo que pocos emiten, muchos lo padecen”, haciendo referencia a la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero.
“No hay, como dicen, una bala de plata. Con un solo acto no se va a resolver. Es un tema de tal magnitud, complejidad y redes, que se tiene que atender mediante un conjunto muy grande de acciones en el tiempo que sean diversificadas. Lo más importante es que nos demos cuenta contra quién estamos peleando”, dijo el exministro.
Para la Dra. Valentina Campos “es fundamental el papel de los jóvenes en el marco formativo de la Universidad, y la relevancia de generar argumentos, conocimiento ordenado y suficiente que les permita involucrarse y utilizar las diferentes herramientas que el derecho proporciona. Eso va configurando escenarios de esperanza”.