El pasado primero de julio millones de mexicanas y mexicanos nos dimos cita para conmemorar el quinto aniversario de la Victoria del Pueblo, todos con alegría, atendimos el llamado de nuestro Presidente Nacional.
Ante un zócalo repleto que coreaba la victoria, Andrés Manuel enlistó todos los logros y alcances que se han obtenido a lo largo de esta administración. De ellos, destaco puntualmente los cuatro siguientes:
No dudo que todo siempre será perfectible, pero tampoco me es ajeno reconocer que no nos equivocamos con el cambio de timón que como pueblo decidimos.
En cuántos sexenios engañaron a la gente los pseudo intelectuales que advertían del peligro inflacionario que significaba aumentar los sueldos, y bajo esos parámetros mantenían a las trabajadoras y los trabajadores con sueldos indignos, y ni pensar en apoyos sociales que ayudaran al bolsillo de millones de familias.
¿Para qué? – Decían ellos. No soportan la idea de darle la mano a la gente, para ellos sólo significa dinero que no ingresará a sus ya onerosas cuentas bancarias.
El Presidente mostró que nada de eso es real, que no estamos en una situación compleja como en Venezuela como muchos auguraban, al contrario, nuestra moneda está muy fortalecida, ganando terreno frente al dólar.
Ese sábado tuvimos muchas razones para festejar. Somos la generación que tiene el gusto de ver caer a las grandes oligarquías, a los grandes corruptos. Ya el PRI está perdido, nadie quiere permanecer ahí.
El PAN no tiene modo de salir, tiene que salir el risorio Vicente Fox a tratar de encabezar las patadas de ahogado. O peor, en su búsqueda en los basureros de la corrupción, han tratado de revivir viejos males, como el señor Santiago Creel quien pretendió conectar con sus oyentes con lágrimas falaces, o el prófugo de la justicia, Francisco García Cabeza de Vaca, quien sin mayor vergüenza, pero con todo el cinismo, busca a toda costa eludir las consecuencias de sus actos como exgobernador de Tamaulipas.
La oposición cada día está más sola, no tiene legitimidad, pero aún así, se encargan de denostar la alegría que tenemos como pueblo, porque no quieren entender que sí, festejamos que nuestro movimiento encabezara la administración de México, pero también, que logramos depositarlos en donde siempre han merecido estar, el basurero de la historia.
Memoria de regeneración
En 2017, durante las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, una de las principales demandas de las naciones del norte era que se subiera el sueldo a las y los trabajadores mexicanos, pues sostenían que nuestro país era poco competitivo con los salarios de sus homólogos.
Frente a esta situación, el gobierno de Enrique Peña Nieto, respaldado por su partido y Acción Nacional, declaraban que era muy difícil incrementar el sueldo, y que incluso, no era posible hacerse mediante decreto, a lo que diversos especialistas señalaban como falso, ya que la excusa de la inflación no se podía sostener, pues esta existía sin tener un incremento en los sueldos.
No nos equivocamos. Estamos en el lado correcto de la historia.
Sueldo digno, vida digna, representación digna.