Los agravios en contra de las mujeres siguen acumulándose.
Que si la nueva directora del Conacyt, en su propuesta de reglamento menciona que retirará becas a las becarias que se embaracen.
Que si se ordena desaparecer más organismos públicos y autónomos que desarrollan acciones a favor de las mujeres.
Que si el presidente López Obrador defiende y defiende a violentadores de mujeres, pero no sólo eso; los propone para ocupar cargos importantes.
A Salgado Macedonio quería hacerlo gobernador del estado de Guerrero, a pesar de las denuncias de violación sexual, acoso y hostigamiento sexual presentadas por las víctimas.
Al señor Pedro Salmerón lo propone como embajador de México en Canadá aun con las denuncias de hostigamiento y acoso sexual a sus alumnas en las instituciones educativas por donde ha pasado.
¿Por qué le gustará al presidente López Obrador proponer a personajes con el agravante de ser violentadores sexuales?
¿A qué se deberá la falta de empatía del presidente López Obrador con las mujeres?
¿Creerá verdaderamente que todas las denuncias, las quejas o las manifestaciones que hacemos las mujeres son producto de motivaciones políticas que únicamente buscan dañarlo o perjudicarlo?
¿Leerá los datos que difunden las instituciones de su gobierno sobre los porcentajes de violencias contra mujeres que van en aumento cada mes?
Preocupante sin duda.
¿Qué más nos faltará por ver, escuchar y sentir en esta última parte de su sexenio?
Como eso de su “testamento político” que por cierto creo que el presidente López Obrador se confundió, al usar este concepto que es un acto jurídico, mencionándolo como testamento pero político.
Tal vez olvidó lo que hasta en Wikipedia se encuentra sobre testamento que “No es sinónimo de hacer una dedicatoria” porque un testamento “es el acto jurídico por el cual una persona estipula quien o quienes serán las personas que podrán disponer de todos sus bienes al momento de su muerte”
Por ello digo que sufrió una confusión porque el cargo que hoy ostenta como Presidente no lo hace propietario del mismo, como consecuencia, él no puede heredarlo, pero si acaso muriera durante su ejercicio, la Constitución mexicana determina lo que debe hacerse.
Pero en esa manera que usa para comunicar -brillante sin duda- que definitivamente, le sale muy bien, pero que siempre lleva una doble intención; obliga a preguntar ¿a qué se habrá referido con eso de “testamento político”?
Si consideramos los resultados de su gobierno a este momento ¿Qué podría heredar?
¿La pobreza e injusticia que está dejando?
¿La impunidad y la violencia?
¿Su desprecio a las instituciones?
¿El desprestigio de su gobierno corrupto y omiso?
¿Los conflictos que no soluciona y sí profundiza?
¿Su simulada “austeridad republicana”, o la de las personas de su gobierno, o la de su familia?
¿Su confrontación permanente?
¿Sus campañas de odio?
No por favor, aunque todo lo indica, ojalá que alguna de esas no sea lo que pretenda heredar.
Lo que estoy segura que ya no podrá incluir en su “testamento político” -aunque eso sí quisiera- es el silencio de las mujeres y como sigue acumulando agravios en nuestra contra segura estoy, que la voz de las mujeres se escuchará cada vez más fuerte.
Ojalá que pronto se dé cuenta como bien ha escrito Clara Scherer “…que aunque parezca que nada cambia. Ya cambió, al menos, la fama del señor…. no hay que desesperar, la justicia tarda, pero llega #NoSeMataLaVerdad” y coincido “Hasta que la dignidad se haga costumbre”
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Palabra de Mujer Atlixco
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