Por Edgardo López Robles
El asesinato a machetazos de Mariano Gregorio Gutiérrez Juez de Paz Electo de Xopanapa, Municipio de Huauchinango es indignante, es un absurdo de la política Huauchinanguense que se ha caracterizado por un elevado nivel de coexistencia social y un alto grado de capacidad política de sus actores. Los espacios de Ingobernabilidad están a la vista de todos, no es una acción aislada, es el conjunto de circunstancias en la que el gobierno de Rogelio López Ángulo es uno de sus mayores promotores.
Para Mariano Gregorio Gutiérrez no existió la indignación ni se levantaron en armas los falsos profetas de las luchas ciudadanas, y mucho menos mereció la denuncia de los apóstoles de la defensa del patrimonio de los pueblos originarios, que hoy están ocupados en defender la pureza de sus acciones desde el púlpito de la hipocresía.
Para el hombre caído en la lucha por su verdad no hubo una sola letra de condena, como hacerlo si se encuentran en amasiato con el grupo en el poder. El silencio de una parte de la oposición particularmente de Morena es lastimoso, porque callar también es complicidad, por ello algunos de los fariseos militantes de la falsedad no saben cómo justificar estos actos de barbarie, prefieren el mutismo de su cinismo antes de enunciar una crítica que rompa sus acuerdos y sus alianzas con el cacicazgo de Xicotepec que en Huauchinango se vistió de Azul Turquesa.
La derrota del Ayuntamiento Municipal no es únicamente en lo moral y en lo ético, sino que también es operacional, ya que se evidenció la falta de orden y de mando. Los operadores a raíz de tierra no solamente entregaron un cúmulo de derrotas por qué que rompieron los frágiles equilibrios locales, al intervenir de forma grosera, torpe y sin tacto político, ofreciendo programas estatales para romper las mayorías y dinamitar algunos liderazgos morales. La intervención de un poder constituido siempre altera el ecosistema de una localidad, hasta el extremo de utilizar disparos al aire para dispersar y amedrentar a los habitantes de LA VENTA GRANDE comarca que históricamente ha sido un foco rojo.
Las elecciones en las juntas auxiliares de Huauchinango son históricamente difíciles por qué allí abrevan conflictos comunitarios entre ciudadanos con diferencias políticas y personales. En el caso de la Venta Grande no solamente está en juego la presidencia de la localidad, adicionalmente intervienen factores como la lucha por el corredor del trasiego del robo de hidrocarburos o en Teopancingo donde existen islas de utilidades de talamontes, en ambas comunidades los intereses también votan. El caso del asesinato de Mariano Gregorio Gutiérrez Juez de paz electo de Xopanapa, Es una evidente omisión política que debe ser atendida con prontitud.
Es imperativo también señalar que en tanto la secretaría de gobernación y su delegación en HUAUCHINANGO sean parte de los conflictos ésta dependencia seguirá siendo corresponsables de estas omisiones, puesto que al intervenir en las elecciones de las juntas auxiliares como gobierno les resta imparcialidad y generan inestabilidad en la zona Xopanapa- Teopancingo- La Venta que es un triángulo de trasiego de enervantes, robo de hidrocarburos y tala clandestina de maderas se hayan quebrado los frágiles equilibrios con los que conviven en la región.
La Administración estatal tiene que revisar si su intervención a través de estufas ecológicas y de paneles solares son un mecanismo eficaz de mediación y de orientación, están llamados a rectificar no solamente el presidente Rogelio López Ángulo sino también la secretaría de gobernación Ana Lucia Hill Mayoral y el director general de gobierno Julio Huerta que son los responsables de la seguridad interna del estado y de Huauchinango.
En la misma medida la reflexión se debe realizar por la clase política y la sociedad que están obligadas a meditar si estas acciones nos representan como civilización. La única manera de combatir la violencia es expresando una condena firme y contundente desde la libertad, porque se entiende que quienes viven en la esclavitud del cacicazgo no se pueden pronunciar.