Por Rafael Micalco
El Consejo es como la conciencia reflexiva de la organización, analiza periódicamente sus actividades y señala lineamientos para el éxito de la acción efectiva; es cuerpo orientador y consultivo; ejerce funciones de deliberación y de juicio.
Efraín González Luna
El fin de semana pasado se llevó a cabo la primera Sesión del Consejo Estatal del Partido Acción Nacional en Puebla, convocada por la nueva Dirigencia, la manera en la que se dio llamó el interés de varios periodistas quienes me contactaron para conocer mi opinión al respecto, ante la solicitud expresé mi felicitación a todas y todos los militantes que resultaron electos para integrar la Comisión Permanente, también, reconocí que la sesión estuvo dentro de los causes estatutarios y la votación fue democrática y legal.
Sin embargo, también me expresé sobre áreas de oportunidad que fueron evidentes en esta sesión y que poco abonan a la inclusión y equilibrio interno del Partido y que son tan importantes, que quisiera replicar de manera más puntual en este espacio.
A mis compañeros, compañeras y amigos de Partido y quienes resultaron electos como miembros de la Comisión Permanente reitero mi más amplia felicitación.
Como la “conciencia reflexiva” del Partido, así llamada por Efraín González Luna, el Consejo reviste una importancia medular en la conducción del Partido, y en un órgano de contrapesos necesarios e indispensable para la unidad del mismo, por ello es de vital importancia el cuidar a detalle que sus sesiones envíen las señales suficientes para la cohesión interna.
Fue un desacierto convocar a la sesión con tan solo dieciocho horas de antelación, siendo que los temas relevantes a tratar requerían del mayor de los consensos, el primero, es la integración de la Comisión Permanente, la cual, estatutariamente tiene funciones de relevancia, es lamentable que ésta no sea representativa de las diferentes ópticas que hay hacia dentro del PAN.
Si lo que se busca es salir unidos, es en espacios como estos, donde se encuentra muchas veces el equilibrio y con ello la participación, esa gran oportunidad se dejó escapar. Entre más espacios de diálogo se abren de manera interna menos expresiones discordantes se ven de forma externa y viceversa, a todos los equipos, los integran militantes valiosos que quisieran aportar desde su propia óptica válida.
Otro punto relevante es sin duda la decisión de nuestra fuerza política en la participación de las elecciones en coalición. He mencionado en entregas anteriores, que si el PAN requiere alianzas o coaliciones estas deben estar calculadas, de tal manera que la participación sea proporcional a la fuerza que representan ante los ciudadanos y no se ocupe nuestras siglas para rescatar fuerzas políticas que van decreciendo en el ánimo de la ciudadanía; el PAN debe fortalecer la marca en los municipios; en esta ocasión creo que el PAN debe ir solo, sin alianzas con otros institutos políticos, pero sea que se vaya en coalición o no, el tema merecía un debate constructivo e interno y escuchar todas las voces del PAN.
El PAN no debe ser el patrimonio de nadie; el Comité, por tanto, no puede convertirse en la Casa de Campaña de ningún liderazgo con aspiraciones, tampoco el centro de operaciones de un equipo dentro del PAN, si lo permitimos, estamos restando a la visión democrática interna y con ello, debilitando las bases fundacionales de nuestro instituto político.
Llamo a la mesura, es momento de ser generosos y conciliadores. La batalla estará fuera y no dentro del PAN y estos excesos pueden generar daños colaterales que todos lamentaremos.
No debemos comprar pleitos ajenos, no debemos revolver temas de partido con asuntos propios de los cargos públicos o de representación, si no es así, tampoco debemos mandar señales equivocadas, tenemos un reto enorme frente a nosotros y cada vez más cerca, actuemos en consecuencia.
Como Consejero Estatal, externo que esta sesión quedó mucho a deber, porque se desaprovechan grandes oportunidades de encontrar coincidencias y generar cohesiones y en contraparte se optó por la cerrazón y el mayoriteo en la conciencia reflexiva de la organización.