Siendo diputada local de Puebla en la LX legislatura y presidenta de la Comisión de Cultura en esa misma época, recibí una llamada telefónica de Lilia Sevilla, ella fue nieta de Natalia Serdán Alatriste. Su voz se escuchaba dulce y suave, era la voz de una señora ya entrada en años. Me contó la historia de su abuela Natalia, yo la escuchaba asombrada, uno de mis asombros era que estaba hablando con la nieta y sobrina nieta de los hermanos Serdán y otro por la historia fantástica y valiente que me narró.
Natalia Serdán Alatriste nació el día 29 de mayo de 1875, su papá fue Don Manuel Serdán Guanes y su mamá fue Doña Carmen Alatriste de Serdán.
Natalia fue la segunda hija del matrimonio, la hija primogénita fue Doña Carmen Serdán Alatriste, después nacieron sus dos hermanos Aquiles y Máximo.
Natalia fue nieta del Gobernador Miguel Cástulo de Alatriste Castro, quien fue fusilado en Izúcar de Matamoros por las tropas aliadas a los franceses. Don Miguel no permitió que se le vendaran los ojos como se acostumbraba a hacer a los hombres que pronto morirían. Don Miguel en el momento de su fusilamiento gritó a sus asesinos, ¡disparen con valor que muero por mi patria!
El padre de Natalia Don Manuel Serdán, era un hombre muy culto, abogado con situación económica prominente, comenzó a elaborar la ley del pueblo donde se buscaba la igualdad para todos; Don Manuel murió joven y sin testamento por lo que Doña Carmen Alatriste tuvo que emprender una odisea con una serie de trámites jurídicos que llevaron a la familia a perder sus bienes y a tener carencias económicas.
Un día mientras cosían los vestidos de las muñecas que se llevarían a vender, Natividad, la chica que les ayudaba con las tareas domésticas, le preguntó a Aquiles, ¿qué tienes? ¿Te pasa algo? -Toda la familia estaba junta, Aquiles le respondió, ¡Mañana me voy a Veracruz! La familia completa al escuchar la respuesta se levantó y se abrazó, Natalia corrió a su cuarto y gritó llorando ¡se va Aquiles, mi hermano, mi querido hermano, estoy harta de esta situación precaria, ya no quiero seguir pintando muñecas, quiero a mi familia unida!
Natalia tenía admiración por el Lic. Manuel Sevilla Rosales, ella sabía que llegaría a pedir la mano de una de las hijas Serdán Alatriste, pero no sabía si era la de Carmen o la de ella, por eso cuando supo que la desposaría a ella, brinco de felicidad. Manuel y Natalia se casaron y tuvieron cinco hijos, quedó viuda muy joven, pero a diferencia de su madre la Sra. Carmen Alatriste, el abogado Manuel dejo un testamento donde aseguraba el bienestar de Natalia y sus cinco hijos. Entre esas propiedades, está la portería de Santa Clara en la 6 oriente, hoy Museo de la Revolución y que está en pleno corazón del centro histórico de Puebla.
Los hermanos Serdán se adhieren al movimiento antirreeleccionista encabezado por Francisco Madero en donde cada uno de los hermanos tuvo su función histórica. Natalia puso su casa para el acopio de armas y a disposición completa del movimiento antirreeleccionista. Natalia se encargó por ella misma de meter las armas escondidas entre los bultos de harina y entre sus ropas. Varias veces estuvo a punto de ser descubierta por la policía secreta.
El día 17 de noviembre de 1910, Aquiles le pide a Natalia que salga de la casa con todos sus hijos y los que Aquiles había procreado con su esposa Filomena. Natalia acepta esta responsabilidad y al salir de la casona con sus hijos y sus sobrinos les salva la vida.
El día 18 de noviembre la conjura es descubierta por la policía secreta y se desarrolla la batalla inicial de la Revolución maderista donde muere Máximo y Aquiles y se llevan presas a las mujeres de la familia. La participación de Natalia Serdán no termina aquí, Natalia lucha por la libertad de su madre, de Carmen y de Filomena su cuñada hasta que esto sucede en mayo de 1911.
Doña Natalia Serdán muere en 1938 en la Ciudad de México a los 63 años sin ningún reconocimiento por su participación en la histórica Revolución Mexicana.
Al escuchar toda esta historia y leer el libro que escribió y que me obsequio Doña Lilia María Sevilla y Gutiérrez sobre su abuela y que se titula Natalia Serdán Alatriste una Heroína Desconocida, sentí una gran responsabilidad de hacer lo que me correspondía. Me comprometí con la historia y con la familia Serdán. Esta historia tenía que ser revelada y dar el justo reconocimiento a una mujer que con su valentía y sacrificio abrió la puerta de una transformación fundamental en nuestro país. Por esto, impulsé la iniciativa para que su nombre apareciera con letras doradas en el Congreso del Estado de Puebla. Con la voluntad de todos los diputados de la LX legislatura se logró, el dictamen fue aprobado por unanimidad. El 10 de diciembre del 2020 en sesión del H. Congreso y estando como testigo vía digital su nieta Lilia Sevilla, se aprobó que el nombre de Natalia Serdán Alatriste estuviera inscrito en el muro de Honor del Salón de Plenos del Poder Legislativo lo cual me conmovió. Alcancé a distinguir lágrimas de felicidad en su distinguida nieta. Honor a quien honor merece.