- El Día Mundial de la Salud y la Seguridad en el Trabajo surge para hacer énfasis al cuidado de las personas en los espacios laborales, que es el quinto derecho fundamental del trabajo.
En junio de 2022 la Conferencia Internacional del Trabajo incluyó entre los principios y derechos fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el acceso a un entorno laboral seguro y saludable. Esta acción condujo a la creación del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se conmemora este 28 de abril.
Esta efeméride pretende visibilizar la labor urgente de los gobiernos, los empleadores, y los trabajadores para implementar las medidas necesarias para generar condiciones óptimas para trabajar, algo que, para la Dra. Gabriela Roldán Hernández, académica del Departamento de Ciencias de la Salud de la IBERO Puebla, debe acompañarse de una introspección profunda sobre las prácticas normalizadas de abuso y precarización laboral.
“Estamos en un momento de inflexión para cuestionar el paradigma organizacional. Nos han vendido la idea de que la productividad debe ser a todo costo o que no hay ninguna justificación por encima de la de la productividad”, dijo la experta que ha dedicado gran parte de su trayectoria profesional al estudio e impulso de espacios de espacios de trabajo sanos, que procuren el bienestar de las personas.
Para que un espacio laboral sea considerado seguro y saludable debe cumplir con los cinco ejes fundamentales propuestos por la OIT. El primero aborda la prevención de riesgos en el entorno laboral, con un enfoque primordial en la reducción de accidentes: según cifras dadas por la Dra. Roldán, al año mueren 8 millones de personas a causa de percances o enfermedades ocasionados en el trabajo.
“Las empresas y los trabajadores tenemos un rol preponderante en la vivencia de una cultura orientada a la prevención, a la salud y a la seguridad en el trabajo. No podemos dejar de lado esta responsabilidad, y para eso, necesitamos trabajar de manera conjunta”: Dra. Gabriela Roldán
El segundo eje es el cuidado de la salud física y mental de los trabajadores, que es esencial para no desarrollar enfermedades relacionadas al sedentarismo, malos hábitos o consumo de sustancias. Este último ámbito se conjuga con la salud mental, ya que el estrés, la depresión o la poca gestión emocional que se da en algunos ambientes laborales pueden detonar adicciones o, en el peor de los casos, suicidio.
El cuidado de la naturaleza está presente en el tercer eje de trabajo, que exhorta a las empresas, industrias o espacios laborales que trabajen con residuos tóxicos a realizar un tratamiento adecuado a estos, ya que esto asegura la integridad de sus trabajadores y de la comunidad en la que se insertan.
Como cuarto eje, la OIT busca erradicar las desigualdades en los espacios de trabajo. “Un entorno laboral seguro y saludable debe buscar un trabajo activo para la prevención de violencias al interior de los centros de trabajo. Violencias por género, raza, condición social, grupo étnico… Todas estas desigualdades que se ven en los entornos sociales se hacen evidentes y se magnifican en los espacios de trabajo”, explicó la experta.
Finalmente, el quinto eje busca erradicar la desinformación que existe alrededor de las malas prácticas laborales, que han llegado a costar la vida de millones de trabajadores que dejan familias enteras en abandono.
Argumentó Gabriela Roldán: “Hablar de seguridad y salud en el trabajo es una inversión que, a corto, mediano y largo plazo, da beneficios tanto a la organización como a las personas. No es nada más un tema de costo a las organizaciones. Ya les cuesta mucho trabajar temas de ausentismo, accidentes, sanciones por el no cumplimiento de las normas que ya están establecidas por la autoridad”.
Por tanto, asegurar ambientes laborales que estén apegados a los parámetros de la OIT también significan un mejor manejo de los recursos económicos para, en lugar de solventar los altos costos de la precariedad laboral, gestionar un entorno de trabajo seguro y saludable que garantice un equilibrio entre las ocupaciones y el bienestar.
Pero no solo se trata de las ganancias. La Dra. Roldán remarcó la importancia de proteger a las personas y su integridad. Prácticas normalizadas como el no respetar la hora de salida del personal, dejar extenuantes cargas de trabajo sin un pago extra y poner trabas para dar las prestaciones de ley muestran la ausencia de medidas adecuadas que respeten a las y los trabajadores en el mundo.
“Hablar de este Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, es poner al centro otra vez que los espacios de trabajo tienen un compromiso, y que nosotros como trabajadores tenemos que ser y somos corresponsables de que estos espacios estén bajo los lineamientos. Que sean entornos saludables y seguros”, finalizó.