- Desde iniciativas de ley hasta la tradición milenaria que reconoce la vitalidad del agua, activistas, académicos y expertos dialogaron en la IBERO Puebla sobre la importancia de no privatizar este recurso.
Lo que suena como una práctica inofensiva puede ser la causa de la sobreexplotación de recursos naturales, el empobrecimiento de la población y el surgimiento de enfermedades cada vez más agresivas. La privatización del agua es una de las iniciativas más alentadas desde el gobierno, pero más cuestionadas por la sociedad que padece sus estragos.
En el panel Privatización del servicio de agua potable y saneamiento: impactos y resistencias, activistas y especialistas, moderados por la Dra. Valentina Campos Cabral, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ de la IBERO Puebla confirmaron que, desde diversos espacios de incidencia están comprometidos con la defensa y cuidado del líquido vital.
El diálogo arrancó con la conferencia magistral del Dr. Pedro Moctezuma Barragán, coordinador general del Programa de Investigación para la Sustentabilidad de la UAM, quien expuso el complejo panorama social y político en el que se sitúa México para la gestión de recursos hídricos desde dos paradigmas.
El paradigma de gestión de ciclos es uno de ellos, y se basa en el respeto al ciclo natural del agua desde su aprovechamiento y uso responsable tanto de forma individual como comunitaria. El segundo es su contraparte: un paradigma extractivo, que, según el experto, “es ciego y sin sujeto”.
En él, el agua es una mercancía cuyos principales usos son la sobrextracción y el vertido de desechos. Además, favorecido por el crecimiento urbano exponencial que deja a su paso destrucción natural y contaminación, el acceso a este líquido vital se vuelve un privilegio que obtienen unos cuantos, avalado por la corrupción y la impunidad.
Pero en la escena desesperanzadora el Dr. Moctezuma ve soluciones en diversas formas de lucha, autodeterminación y participación ciudadana, como lo es la iniciativa de una nueva Ley General de Aguas. Propone 12 consensos generales para garantizar agua de calidad para todos y soberanía alimentaria, frenar la contaminación de cuerpos de agua y su minado, poner fin a las vulnerabilidades que provocan las inundaciones y sequías, y no permitir corrupción e impunidad.
“Agua equitativa quiere decir agua para todos, agua sustentable, agua para siempre y hasta para las próximas generaciones”: Dr. Pedro Moctezuma Barragán
La lucha por la defensa del agua
En este panorama se insertan activistas, académicos y defensores del agua en el territorio poblano, que reflexionaron acerca de sus luchas y sus bases en el cuidado de la casa común y la defensa de los derechos humanos. Según el Dr. Rafael Rodríguez Moreno, coordinador de los Posgrados en Derecho de la IBERO Puebla, el agua es un derecho humano y los derechos no son negociables.
Esta premisa la tuvieron muy clara los integrantes del colectivo Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y de los Volcanes. Desde hace décadas existen y resisten desde las periferias poblanas para revalorizar el agua, autogestionarla y respetarla desde una relación estrecha en la que este elemento es parte de la comunidad; la llaman hermana agua.
O también, la Asamblea Social por el Agua, representada en el panel por María Eugenia Ochoa García, desde 2013 ha denunciado la opacidad de las autoridades en los procesos de consulta o gestión de iniciativas privatizadoras del líquido. Su lucha la sostiene el reconocimiento de las otredades y la articulación con otros actores para hacer frente al despojo y la impunidad.
“Nuestra lucha va por la defensa del derecho humano al agua, pero también por la defensa del agua como un bien común, como un bien público, y como un sujeto vulnerado y vulnerable de derecho. Esto es el agua, es un ser vivo”, enunció María Eugenia.
Otras formas de lucha se conjugan desde lo legal, ámbito en el que la Colectiva por el Bienestar Social, del que forma parte Néstor López Espinoza, ha participado activamente desde 2013 con demandas colectivas contra la empresa Agua de Puebla. Gracias a solicitudes de información, evidenciaron que la concesionaria incumple con el proceso de saneamiento del agua, pero agregan su costo en los recibos de las y los poblanos.
Esto representa un peligro para la salud y la economía de las familias poblanas, factores que, para el Centro Fray Julián Garcés, Derechos Humanos y Desarrollo Local, A. C., resultan importantes y preocupantes, como lo comentó en el evento el coordinador del Programa de Incidencia de la organización, Emilio Muñoz Berruecos.
Los expertos y activistas presentes coincidieron en que la clave está en la acción colectiva y en la concientización de la sociedad para el cuidado del vital elemento. Como invitó Muñoz Berruecos, “hay que iniciar esta resistencia, y caminar hasta donde no sea posible”.
Este evento se llevó a cabo en el marco del Día Mundial del Agua, en el que la Universidad Jesuita también contó con el foro Por una ciudad con agua: cambiemos el rumbo. En este espacio, académicos y expertos discutieron sobre la seguridad hídrica en Puebla y México, y el papel que deben tomar las autoridades ante esto.
Funcionarias como la regidora Myriam de Lourdes Arabián Couttolenc, la diputada Beatriz Manrique Guevara, y la regidora Susana del Carmen Riestra Piña; así como integrantes de la Secretaría de Medio Ambiente del estado, estuvieron presentes en el foro, al igual que Benjamín González Gutiérrez, presidente de Sector Verde de CANACINTRA Puebla.