- “En el aula hay que colocarse en un lugar en el que tenemos que ayudar a las personas con más dificultades a crecer”: Raúl Zibechi.
- El inicio de la jornada se enmarca en el Día Escolar de la No Violencia y la Paz y el aniversario del asesinato de Mahatma Gandhi.
En 2021, la IBERO Puebla emitió una nueva política de transversalidad de la perspectiva de género y la igualdad sustantiva, lo que derivó en la fundación de comisiones especializadas con representación de todos los sectores de la Institución. De manera paralela, la renovación del sistema de justicia interno permitió el establecimiento de la Defensoría de Derechos Universitarios a finales del 2022.
La nueva instancia arranca sus actividades formativas con la primera de una serie de ponencias dedicadas a la promoción de los derechos universitarios. “La Universidad podría ser un enclave territorializado en donde todas y todos construyamos relaciones no mediadas por un modelo hegemónico social, político y jurídico”, aseguró el Mtro. Mario Patrón Sánchez.
La apuesta institucional, a decir del Rector de la Universidad Jesuita, es concatenar el autocuidado con el cuidado de comunidad y de la casa común. Para ello, las sesiones de la jornada buscarán explorar conceptos relacionados con lenguaje igualitario y derechos de personas con discapacidad. “Somos una Universidad y nos tenemos que hacer cargo de esta agenda de formación en la prevención de violencias y en los derechos universitarios”.
Entornos de paz
El mundo es un caleidoscopio de guerras. La invasión de Rusia a Ucrania es el principal ejemplo del conflicto entre naciones. Por otro lado, las pugnas por la apropiación de los bienes naturales han devastado los ecosistemas y desplazado a los pueblos originarios; el patriarcado lacera la vida de millones de mujeres en el mundo, y las drogas han vulnerado a las sociedades empobrecidas.
“Estamos ante guerras totales. No es una guerra en un lugar del mundo: se han disparado todas las guerras imaginables”, advirtió el escritor Raúl Zibechi en su cátedra para la IBERO Puebla. Las prácticas violentas actuales apuntan hacia la aniquilación de la otredad en expresiones de extremos sin precedentes.
Los conflictos son inherentes a la experiencia vital. Por ello, un contexto de paz tendría que conducir a una forma adecuada de resolver las discrepancias. El activista uruguayo señaló las desigualdades estructurales como el punto de partida: la ruptura de la marginación debe contemplar el empoderamiento efectivo de los sectores históricamente olvidados.
Para Zibechi, la paz no es un camino con un fin determinado, sino un proceso inacabado que se construye diariamente y de manera integral. Explicó: “Construir espacios de paz no puede quedarse con lo interno; tiene que dialogar con lo de afuera […]. Tenemos que tener mucha paciencia”. Los espacios educativos deben facilitar la construcción de paradigmas que no renuncien al reconocimiento de la realidad del exterior.
“Las universidades pueden ser espacios en los que se forjen relaciones sociales de paz […]. Si logramos multiplicar los espacios de paz, le pondremos un palo en la rueda a este sistema”.
Si bien los marcos normativos pueden ser útiles para erradicar las prácticas violentas en la sociedad, la fraternidad y la solidaridad solo se labran en la práctica diaria. El activista indicó que las voces de las personas oprimidas son grandes lecciones de paz en movimiento. De igual manera, el deporte y las actividades de ocio son espacios ideales para sustituir la actitud de guerra por la convivencia y la hermandad.
Escuchar testimonios de resistencia permite conocer diferentes formas de construir paz. Raúl Zibechi compartió el testimonio de las comunidades originarias de Latinoamérica en las que se implementaron sistemas de autodefensa sin armas. “Están organizados, pero no usan la violencia. Eso implica una educación permanente para no usarla”.
La Defensoría de Derechos Universitarios desarrolla la prevención de las violencias desde una actitud de formación permanente. A propósito del inicio de la jornada formativa, la instancia lanzó una pregunta a la Comunidad Universitaria para detonar la reflexión: “¿Cómo contribuyes a la construcción de paz?”.
Entre las respuestas recabadas destacó el espíritu de brindar ayuda, mantener una actitud amistosa y mostrar respeto hacia los demás. También se coincidió en la importancia del diálogo y la escucha como herramientas para reconocer la diversidad y defender lo que es justo.