“Benedicto XVI era un hombre que sabía poner los acentos sobre los problemas y al mismo tiempo dar un mensaje de esperanza”, declaró Andrés Beltramo Álvarez, excorresponsal de la Agencia de Noticias NOTIMEX y de otros medios en el Vaticano (2006-2019) y director general de Promoción y Comunicación Estratégica de la UPAEP.
Beltramo Álvarez señaló que Benedicto XVI fue un Papa valiente y audaz porque en primera instancia le tocó recoger el legado y llenar los zapatos de Juan Pablo II. También tuvo que recibir varias problemáticas de la Iglesia como la crisis por el abuso de clérigos; “fue el primer Papa en pedir perdón a las víctimas de abusos y reunirse con algunas de ellas”.
Agregó que el Papa recientemente fallecido, firmó los primeros documentos de una reforma financiera en el Vaticano creando la Autoridad de Información Financiera, sumando así al Vaticano a las autoridades internacionales en esta materia.
También dijo que S.S. Benedicto XVI decidió ir a fondo con el tema de Vatileaks, ya dio la posibilidad de que los tribunales del Vaticano celebraran un juicio en contra de Paolo Gabriele, quien fuera su mayordomo y que filtró los documentos secretos.
“Estas situaciones demuestran un papado muy intenso que inició con la encíclica ‘Deus Caritas Est’ donde el Papa lejos de plantear el catolicismo como una lista de doctrinas morales, hablaba de la necesidad de un encuentro con Jesús”.
Andrés Beltramo reconoció a Benedicto XVI como un gran teólogo que escribió muchos libros y que apostaba a la inteligencia de las personas. “Estaba convencido que, a partir del raciocinio, el ser humano es capaz de encontrar vías de salvación”.
“Ante estos hechos históricos, se ve la figura de un hombre que busca ser fiel a un pensamiento propio, producto de muchos años de reflexión y que aporta una mirada al mundo moderno de cuestionamiento, de búsqueda para que el hombre salga al encuentro de los problemas que le atañen, para afrontarlos”.
Sobre su renuncia en 2021, expresó que ésta marcó un hito histórico, ya que puso sobre la mesa la posibilidad real de que un Papa dejara el cargo; sobre todo después de haber vivido el papado de Juan Pablo II, quien se mantuvo al frente de la Iglesia hasta su último día, a pesar de los problemas de salud que aquejaba.
Compartió que el viaje que realizó a México en el 2012 fue decisivo para la posterior renuncia, incluso fue el último viaje apostólico internacional que realizó.
“En el lugar en que estuvo hospedado en Guanajuato sufrió un accidente, se cayó, se golpeó y abrió la cabeza. Su médico personal, al momento de curarlo le comentó algo similar a la frase de ‘usted ya no está para estos trotes’ y el Papa le afirmó que efectivamente ya no estaba para esos trotes’”.
También expresó que al ser nombrado Papa Emérito podía haberse dado una convivencia conflictiva por el grado de autoridad eclesiástica que implica un papado; sin embargo, la transición fue más sencilla gracias a las acciones tomadas por Benedicto XVI.
“Lo primero que decidió es que pasaran dos semanas entre el momento de su renuncia y la puesta en vigor de la misma; Benedicto XVI se fue a vivir al monasterio Mater Ecclesiae y eso generó un ambiente adecuado para no que no hubiera injerencia en la elección del siguiente Papa”.
Finalmente expuso que la Basílica de San Pedro estará abierta a los fieles para que éstos puedan pasar por enfrente del cuerpo del Papa. El jueves será la misa de exequias en la Plaza de San Pedro (primera presidida por un Papa por la muerte de otro) donde se prevé la presencia de delegaciones de países que tienen relaciones con la Santa Sede. Posterior a la celebración, el féretro transitará por la Plaza y el cuerpo de Benedicto XVI será depositado en las grutas vaticanas.