¿QUÉ NECESITAMOS?

 

Hoy en día morena es el partido más poderoso del país, el que ha acumulado más fuerza popular, esto gracias al trabajo del presidente López Obrador y a pesar de la deficiencia con la que actúan los órganos internos del partido, esto significa que la gente se puede identificar como obradorista sin que necesariamente sea morenista. En 2021 en todo el país se vieron casos claros de voto diferenciado donde se castigó a malos gobiernos, aún y cuando provenían de nuestras propias siglas pero no estaban identificados con el proceder del Presidente.

Esta fuerza ha provocado un exceso de confianza en las dirigencias de morena que impiden a quienes tienen corta visión, pensar en qué va a pasar cuando el presidente López Obrador se haya ido. Quizá no lo ven porque no están interesados más que en el beneficio (propio) a corto plazo, arriesgando el futuro del propio partido como lo conocemos.

He leído y escuchado a analistas decir que morena se percibeya no como una opción fresca, sino que se está convirtiendo en un instrumento de transferencia del poder para que sigan gobernando los mismos pero con siglas diferentes, eso es digno de analizarse, vemos a muchos de los que eran enemigos de la 4T y del presidente, gente con negros historiales que hasta lo tacharon de “trasnochado” socialista, hoy ser los que le echan los “hurras” más sentidos y estridentes. Muchos expriístas que ven su barco hundir, se apresuraron a llegar a la nave más segura sin que esto implicara un cambio en su sucio proceder político, es decir, llegan a morena con sus malas mañas, sin cambiar, pero buscando que les beneficie la ola obradorista para continuar viviendo del erario perpetuando los viejos comportamientos.

La cúpula del partido ha sido omisa en solucionar ese problema, al contrario, ha sido colaboracionista, por eso vemos que los prospectos en su mayoría son expriístas, exsalinistas, exmarinistas, excalderonistas, etc. (segundones, eso sí). En esencia los mismos corruptos que entraron al PRI o al PAN buscando el poder como forma de obtener beneficios económicos.

Por eso es menester como militantes revisar a quienes levanten la mano. Evaluar quienes quieren y qué historial tienen los perfiles de los que quieren dirigir al partido o ser nuestros candidatos, ahí está la clave para que las cosas continúen cambiando cuando se vaya el presidente López Obrador, o sigan como eran antes de él. Considerando siempre, como dice el dicho popular, que “el hábito no hace al monje”, porque hay casos de personas que se dicen fundadoras y morenistas y son más corruptas y cínicas que los propios priístas y panistas que han llegado al partido, pero también reconocer a gente proveniente del PRI o del PAN que han entendido el mensaje de morena, que se han puesto la camiseta y caminan bajo los principios de la 4T.

Busquemos perfiles sin antecedentes de corrupción, sin escándalos qué resolver, que tengan como atributos la congruencia, la consecuencia, la consistencia y la coherencia con nuestros códigos de conducta. Nuestro deber como militantes y constructores es resguardar el legado que costó tanto y a tantos construir.

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial