Debido a que el estado de Puebla se ubica en una de las zonas sísmicas de México y existen estaciones sísmicas, así como mejoraras en las normativas para las edificaciones, aún existe una la falta de ética en la construcción y utilizar materiales de calidad en las edificaciones, señaló Eduardo Ismael Hernández, profesor de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP.
En rueda de prensa, señaló que, aunque los sismos son inevitables, es posible reducir significativamente los daños mediante una correcta planificación, construcción y monitoreo, con el objetivo de contribuir a la seguridad estructural de las edificaciones.
“Los sismos seguirán ocurriendo, pero depende de nosotros disminuir sus impactos en nuestras ciudades y vidas”, dijo.
Por lo que, para mitigar el riesgo sugirió fortalecer las normativas de construcción, asegurarse de que se cumplan y actualicen regularmente, tomando en cuenta los nuevos estudios sobre peligros sísmicos.
Enfatizó que se debe promover una cultura de prevención como: realizar simulacros periódicos y educar a la población sobre cómo actuar ante un sismo.
Mejorar las técnicas de construcción: Implementar métodos que garanticen mayor resistencia en las edificaciones, particularmente en zonas de alto riesgo.
Monitorear continuamente las fallas locales: Instalar más estaciones sísmicas en zonas propensas a temblores, para anticipar eventos y tomar medidas preventivas.
Por su parte, Miguel Ángel Jaimes Téllez, profesor investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, señaló que muchas construcciones en México, como puentes, presas y viviendas, están sujetas a múltiples riesgos a lo largo de su vida útil, que puede extenderse hasta 100 años.
Finalmente, mencionó que una edificación puede enfrentar peligros como inundaciones, terremotos y huracanes. Explicó que un sismo no solo desencadena el movimiento de la tierra, sino que puede generar deslizamientos de laderas, tsunamis en zonas costeras e incluso licuación de arenas, afectando significativamente las construcciones.