Un experto en el arte de la conjugación del verbo traicionar es el dirigente estatal del PRI, Néstor Camarillo, un personaje acorde a los tiempos de la 4T que gobierna este país, un hombre que ha hecho su carrera política a base del engaño y la simulación.
Camarillo inició su carrera de la mano del hoy preso en el penal de alta seguridad del Altiplano, Javier López Zavala, durante el marinismo.
El en ese entonces secretario de Gobernación impulsó a Néstor y a su padre, Camarillo llamaba “padrino” a Javier y en cualquier oportunidad presumía su amistad.
Esto lo llevó a ser presidente municipal de Quecholac, su pueblo natal, un lugar marcado por el robo de combustible y su junta auxiliar, Palmarito Tochapan, en donde un elemento de la marina armada de México, último a un presunto “huachicolero” ligado se dice a la célula del Tonín, durante un operativo y cuyo video le dio la vuelta al mundo.
Luego de ser presidente municipal, Camarillo se ligó al grupo del entonces presidente estatal del PRI, Javier Casique Zárate, hoy delegado del PRI en Oaxaca, quien lo acercó al líder nacional del tricolor, Alejandro “Alito” Moreno.
Ya convertido en todo un experto en el arte de la traición, Néstor no dudo en darle la vuelta a su ahora protector Javier Casique y comenzó hacer hasta lo imposible por ganarse a “Alito”, quien no dudó en designarlo dirigente estatal del PRI en Puebla, tras la salida de Casique, quien se convirtió en diputado federal.
Ya como presidente estatal del PRI, Néstor Camarillo, se ganó la voluntad del verdadero cerebro que aún tenía el tricolor en Puebla, Jorge Estefan Chidiac, quien había sido secretario de Finanzas durante el interinato y había sido pieza clave para el triunfo de Miguel Barbosa en el 2019.
Hábilmente, Camarillo se ganó a Jorge Estefan, a quien ahora llamaba “padrino” en lugar de a López Zavala, lo cual le permitió seguir ascendiendo hasta obtener una diputación local, mientras se mantenía en la dirigencia estatal del PRI y contaba con el favor de “Alito”, otro personaje igual de nauseabundo que Néstor.
En 2021, los priistas se aliaron con el PAN y el PRD para conformar un bloque político de oposición, con muy buenos resultados en todo el país y en Puebla, en donde esta alianza recuperó Puebla capital con Eduardo Rivera, san Andrés con Mundo Tlatehui y San Pedro con Paola Angón, lo que nos hizo creer a muchos que, en 2024, este bloque podría tener oportunidad de recuperar la gubernatura y mantener el gobierno en las principales ciudades del estado o al menos del área conurbada.
Tan bueno fue el resultado que, gracias a esto, Camarillo pudo llegar al Congreso local y de la mano de Estefan el 15 de diciembre de 2022, fue uno de los que votó a favor para que Sergio Salomón se convirtiera en gobernador sustituto de Puebla, tras la muerte de Miguel Barbosa.
Todo iba muy bien, hasta que Camarillo traicionó a Estefan, quien supuestamente tenía garantizada la palabra de “Alito” Moreno, de que él iba a encabezar la fórmula al senado de la República en Puebla.
Néstor Camarillo y sus ambiciones se impusieron y el resultado fue nefasto para el priismo en la entidad, pues originó una muy importante migración de cuadros del tricolor a Morena y sus aliados, lo que dio como resultado que el pasado 2 de junio, el PRI solo obtuviera, por ejemplo, 30 mil votos en la capital, de los más de 100 mil que su dirigente estatal había ofrecido.
Jorge Estefan, quien fue bloqueado por Ignacio Mier en su intentona de ser candidato por Morena a diputado federal en el encuentro con Monreal, realizado en el Mochomos y en donde estuvieron presentes el gobernador Céspedes y el entonces candidato a la gubernatura, Alejandro Armenta, encontró refugió en el Partido Verde y los resultados hablan por sí mismos.
El Verde obtuvo una votación histórica a nivel nacional y también en Puebla, lo que convirtió a este partido en la tercera fuerza a nivel nacional, enviando al PRI al quinto lugar detrás de Movimiento Ciudadano.
Estefan manejará una bancada fuerte en el Congreso local y también con representación en la cámara de diputados, además de que tiene varias presidencias municipales y regidurías en todo el estado.
Pero el currículum de traiciones por parte de Camarillo aún no termina, ahora “con la cola entre las patas”, se quiere volver a arrojar a los brazos de quien ha vuelto a llamar “padrino”, Jorge Estefan y ha dado como prenda su palabra de que, como senador, votará a favor de las iniciativas de Morena en la cámara alta, para que la presidenta Sheinbaum cuente con mayoría calificada y nada se pueda interponer en sus reformas constitucionales, que asco de personaje.
Todo esto para que Morena retire los recursos interpuestos en su contra, por haber obtenido su posición, haciéndose pasar por ser parte de la comunidad indígena de nuestro país, como también lo hizo en 2021, Genoveva Huerta, para poder ser diputada por el PAN.
Bien dice el dicho, “no tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre”, Néstor Camarillo, es de esos personajes de la picaresca política, que parece ser sacados de ese filme que se ha convertido ya, en un clásico del cine mexicano, “la ley de Herodes”.
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